Pedir adelantar las elecciones presidenciales en República Dominicana es una locura, un desacierto, un intento en debilitar lo que tenemos de democracia que tanto nos cuesta.

Julito Hazzim es un hombre de poder, comunicador influyente en nuestra sociedad los últimos 30 años desde la televisión nacional matutina, y de manera muy extraña, en estos tiempos modernos donde los medios de comunicación de última generación tienen tanto poder, logra ser uno de los analistas más consultados en potcats y programas de YouTube, sus cortes reproducidos en las redes sociales alcanzan la “viralizacion” constante.

Médico de profesión y presidente de equipos de la pelota criolla, es más que reconocida su cercanía (en primera línea) de los líderes más importantes actores de la política y el empresariado Dominicano. Editor de revistas y director de periódicos dejó una impronta en los medios escritos, y llegó por largo tiempo ser el toque de queda en la televisión nacional con su “revista 110” aún al aire.

¿Quien puede lanzar una declaración que pudiera parecer absurda de reunir a la asamblea nacional y hacer las modificaciones constitucionales de lugar para convocar al electorado lo antes posible y elegir presidente ya que este se siente cansado?.

La gravedad de esa petición me cuesta aceptar provenga de el Dr. Julito Hazzim, al menos que, estemos realmente tan mal que una exageración de ese grado se justifique.

¿Y si estamos tan mal ?

Desaceleración económica, con miles de negocios cerrando sus puertas (quebrados), bajo crecimiento con relación al PIB, una caída histórica (menos 7 %) del sector construcción, baja inversión pública en infraestructura, el aumento de la deuda y cogiendo más y más préstamos al ritmo de unos 15 millones de dólares diarios. Sume el alto costo de la vida, los impensables casos de corrupción y la cantidad de altos dirigentes del PRM involucrados con el negocio ilegal del narcotrafico completan los ingredientes para el caldo de cultivo de la desesperanza nacional. No importa el nivel socioeconómico del Dominicano pero la gran mayoría no se siente bien con Luis y el PRM en el poder; para rematar: Aumento de la percepción de la criminalidad y los delitos comunes en medio de una torpe gestión de la comunicación gubernamental y como agrio para la sopa el desplome de todos los servidos básicos.

Todo lo que funcionaba, Luis Abinader lo destruyó; y lo que debía hacerse, se hizo tarde.

¿Y si Julito tiene razón ?